Esta salida fue diferente a la primera que hizo Mahiro, donde fueron a encontrar piezas de Ritan. En esos momentos los monstruos de la sombra no estaban cerca de Shinjuku. Pero esta vez pueden estar en cualquier lugar. Rápidamente atravesaron el antiguo distrito 7 y fueron yendo hacia los muros del suoreste, donde todo estaba en ruinas.
Vieron muchos escombros y nada más que la gran destrucción, no había ni cadáveres porque todo se hizo ceniza al momento de la caída de Ritan. Los soldados hacían una expresión de pena y tristeza.
No dejen que sus emociones los afecte -dijo Shibahara en voz alta- Concéntrense que ya estamos fuera de Shinjuku, no hay muros que nos proteja.
Después de estas palabras, todos tomaron de nuevo la compostura y se volvieron serios. La gran destrucción era tan devastado que no podían ver nada de nada. Se les hacía difícil pensar que Rimaru había recogido una niña desmayada en una situación así.
Tienes las coordenadas? -preguntó Shibahara que bajó la velocidad para andar con Mahiro que estaba en la tercera línea.
No -respondió Mahiro como si no fuera una gran problema.
No? Como vamos a encontrar el resto de Ritan entonces?
Los rastros.
Qué rastros? -después de haber preguntado eso, Shibahara se dio cuenta que era una pregunta estúpida. Mahiro ha salido muchas veces y por algo lidera al grupo de exploración.- no te preocupes en explicarme, tu nos guías y yo te apoyo.
Mahiro asintió y siguió caminando normalmente. Al final dijo- falta mucho para llegar allá. Hay por lo menos 4 kilómetros de distancia entre Shinjuku y el bosque muerto.
4 kilómetros de campo abierto entonces -dijo Shibahara mientras que Mahiro asintió. Shibahara avanzó de nuevo hasta la primera fila e dio una nueva orden.- cambio de formaciones! Estaremos entrando en campo abierto en 4 minutos!
Al escuchar la voz de su comandante, todos se movieron. En vez de quedarse en filas y en grupos como escuadrones, formaron tres columnas a los dos lados hasta de largo. dejándo a los miembros de exploración de Mahiro al centro, donde era los más débiles para pelear.
Tendremos que ir más rápido -dijo Mahiro- nunca he estado en estas áreas, solo en los lados sureste y noreste.
Un nuevo lugar para ti entonces -dijo Shibahara- apuesto que si un día Shinjuku desaparece solo tus personas sobrevivirán aquí afuera.
Probablemente.
El grupo de exploración salieron de los escombros dejados por Ritan y pusieron pie en el campo abierto que distanció a Shinjuku y el bosque muerto. Hasta entonces no había nigún rastro de mosntruos. Shibahara miró a los alrededores y le pareció muy raro que estos mosntruos desaparecían y aparecían a cada rato. Pensó que posiblemente algo como un switch hacían que los mosntruos cambiaran de movimientos, pero no se le ocurrió qué sería.
Cuando Mahiro y el resto que estaba en la reunión con Obure conocieron a este guardían Rimaru, que estuvo en la escena del ataque del monstruos, esperaron a encontrar alguna pista, pero solo obtuvieron informaciones sobre las rocas indestructibles y una niña inconsiente. Obure ya había mandado las investigaciones de las rocas pero el resultado no saldría tan rápido, después de todo era un trabajo difícil. Tuvieron que aprovechar del tiempo y salir a buscar más informaciones cuanto antes, llegando a la situación que se encuentran ahora.
Todos estaban nerviosos cuando ya estaban a un tercio del campo abierto hacia el bosque muerto. No había nada de nada, solo viento soplando y polvos que se levantaban de la tierra. Estaban en un silencio total y nadie se podía acostrumbrar a esto.
Me ponen de los nervios -dijo uno de los soldados.
Concéntrate y sigue -dijo el otro tratando de no ser consumido por el miedo.
Aquí afuera siempre hace tanto silencio?-le preguntó Shibahara a Mahiro.
Si escuchas ruidos sería lo malo -le respondió Mahiro con una cara sin expresión.
Todos siguieron adelante, todavía faltaba una gran distancia hasta el bosque muerto hasta que el viento empezó a soplar más y levantó más polvo.
Tenemos que ir más rápido -dijo Mahiro viendo los lados y también de la dirección de viento.- si seguimos a este paso estaremos atrapados por una tormenta de polvos y no podemos ver bien después.
Shibahara escuchó a Mahiro y mandó al resto a avanzar con un paso más rápido. Todos siguieron los órdenes hasta que sintieron que el viento se hacía cada vez más fuerte y empezaron a nublarles la vista. Estaban recién a dos tercio de la distancia hacia el bosque muerto. Shibahara se dio cuenta que Mahiro miraba muy frecuente a sus lados y se preocupó más.
Debemos de ir más rápido? -preguntó por fin.
Corri--nd--- (no se escuchaba muy bien por los vientos)
Qué?
Corriendo.
Al escuchar esto Shibahara se dio cuenta de lo grave que es la cosa, rápidamente ordenó de nuevo a todos a correr, él mismo se puso a correr también. La formación que habían hecho anteriormente fue roto y todos corríando a cualquier lado. En todo estos años, pensaron que la única amenaza era los monstruos, pero nunca se acordanron que la naturaleza era uno de las amenazas también. El viento se hizo más y más fuerte, y los polvos se volvieron espesas haciendo que la vista se vea apenas un poco.
Shibahara cubrió su cara y siguió corriendo, quería voltearse para revisar si el resto lo seguía pero el viento no le permitía. Se le hacía muy raro de dónde venía este gran viento si cuando estaban en los muros suroeste no soplaba nada. Trató de hacer alguna seña o gritar fuertemente para que lo pudieran seguir pero no lo logró. De repente vio ante sus ojos unas sombras negras. Pensó que era monstruos pero se dio cuenta que no se movían entonces supuso que eran los árboles del bosque mueto.
Avanzó con dificultad cubriendo todavía su cara. De repente se tropesó con algo, era un cadáver. La carne todavía no se había descompuesto por completo y todavía puede ver rastros de sangre. Se hechó para atrás que estuvo apunto de caerse cuando una mano lo sostuvo de lado. Era Mahiro que cubrió su cara con una mano también mientras que el otro cogía a Shibahara. Mahiro le gritó algo pero éste no lo pudo escuchar. Entonces Mahiro jaló a Shibahara y andaron de nuevo. No tenían más opción que seguir avanzando. Si se quedaban más tiempo en esa tormenta de polvo, más sed sentirán, y así poco a poco se morirán de deshidratación. Los dos caminaron junto al otro y, cuando por fin llegaron, Shibahara agarró el tronco de un árbol, cogió a Mahiro por otro lado y se tiraron hacia la dirección del bosque.
Gracias a los árboles que estuvieron de lado, taparon la mayoría de los vientos que soplaban hacia ellos. Pero eso no era algo de que aliviarse. No había nigún otro soldado que venían detrás de ellos, ni los de grupo de exploración. Shibahara se preocupó porque era imposible perder a todos los personales cuando solo están a unos 5-6 kilómetros de Shinjuku. El viento todavía les llegaba un poco así que se levantaron y se adentraron un poco más. Shibahara tenía una apariencia penosa, como era su primera vez saliendo de Shinjuku, lo único que se preparaba para enfretar era los monstruos, y no esto. Los dos descansaron junto a los raíces de un árbol gigantesco y se quedaron ahí esperando al resto.
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